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sábado, 28 de junio de 2025

Cabo Vidio, Mirador del Sablón, los Molinos y playa La Vallina, Oviñana-Cudillero

 

  Una de las características más determinantes de la región asturiana es el notable contraste entre el mar y la montaña, su especial combinación crea diversos tipos de paisaje con un encanto escénico único, rincones impresionantes donde playas y acantilados se mezclan con pequeñas montañas generando vistas muy llamativas.



   El Faro de Vidio, localizado cerca de Oviñana en el concejo de Cudillero, es uno de esos numerosos lugares para disfrutar a lo largo de la costa. Para muchos la transitada Ruta de los acantilados del Cabo Vídio o de Oviñana es uno de los parajes mágicos para conocer y dejarse impresionar.



   Podemos aparcar nuestro vehículo cerca del mirador de la Cueva al lado de un antiguo barco pesquero, restaurado para recordar a los marineros que perdieron la vida en el mar. Una hermosa estampa al lado de los acantilados.

   Tomando la senda hacia occidente, dejando el mar a la derecha se inicia el camino hasta el Mirador del Sablón. No se puede tener prisa, si la meteorología acompaña encontraremos abundantes miradores ocasionales que nos permitirán disfrutar de panorámicas increíbles. No es necesario buscar puntos peligrosos.



   El paraje es, sin duda, uno de los enclaves más apasionantes de la costa pixueta y que forma parte del Paisaje Protegido de la Costa Occidental. El sendero nos hace transitar muy cerca de acantilados vertiginosos, azotados en ocasiones por vientos huracanados, magníficos balcones desde donde se dominan los quehaceres del impetuoso mar Cantábrico. 



   Después de un pequeño recorrido, nos aproximamos a la parte final. Un tramo algo pedregoso, un poco más estrecho y con una reducida pendiente. Podemos detenernos y contemplar el Mirador del Sablón, un poco desde lejos, donde divisamos un banco, por cierto muy fotografiado, y la playa de la Vallina, también llamada del Gallo, al fondo.


   Ciertamente a la orilla de un acantilado y sobre una plataforma de hormigón se encuentra el banco del Sablón, resulta difícil explicar las sensaciones que se respiran en este lugar, por eso se dice que una imagen vale mucho más que mil palabras.


   Cuando estamos sentados en el popular banco, parece que estamos ubicados en el cielo, … al borde del acantilado. Pero en realidad no hay un peligro especial, un lugar ideal para contemplar la costa con diminutos islotes, rocas, los movimientos del mar, …….. y el romper de las olas al acercarse a la orilla. Un rincón privilegiado.



   Retrocedemos para desviarnos por un estrecho y sinuoso sendero, debemos tomar precauciones. El objetivo es alcanzar el camino ascendente que vemos enfrente después de cruzar un diminuto riachuelo hasta alcanzar una zona de pradería. No es fácil atravesar este pequeño trayecto, pero con paciencia todo se consigue.



   Enseguida nos tropezamos con el camino y la pista que nos conducirá hasta el solitario playón de La Vallina, la más grande del concejo de Cudillero, con más de un kilómetro de longitud. En la bajada a la playa se conservan un par de molinos de agua en buenas condiciones, primero el de Prudencio y luego el del Llano o de La Vallina, ya en la playa.



   Hace años la parroquia de Oviñana era un disperso caserío agrícola situado en lo alto de la rasa litoral, con un buen número de hórreos y curiosas construcciones a modo de pajar con paredes de entablillado de madera y cubierta de teja roja. 



   Durante muchos siglos tuvo extensos cultivos de grano, sobre todo trigo, escanda, mijo, panizo y maiz. En el siglo XVIII todavía existían seis molinos de agua en Oviñana, de los cuales cinco estaban en funcionamiento. En la actualidad solamente podemos contemplar los dos citados.


   Después de visionar y revolotear un rato por esta alargada playa, ascendemos por la misma pista de bajada, pasando de nuevo al lado del Molín de Prudencio. Esta vez sin desviaciones, para después de atravesar a la  sombra de un eucaliptal, alcanzar las primeras casas de Oviñana.



   Aquella desperdigada aldea agrícola de hace unos años se ha convertido en una población muy interesante, con renovadas y modernas casas, algunas de uso temporal o turístico. Resulta agradable caminar o pasear por este pequeño pueblo rural que se ha ido extendiendo con el paso del tiempo.



   Todavía conserva el nombre de sus barrios, en este caso atravesamos el de la LLanía, El Rabín, Camín de Vivido, Samaria, …… Oviñana es una población muy bien conservada. En escasos minutos se llega de nuevo hasta el Aldebarán, el pequeño barco pesquero asentado en el Mirador de la Cueva.



   Oviñana es el paso previo obligado para acceder al afilado saliente costero del Cabo Vidio, desde el mismo Mirador de la Cueva existe un fascinante recorrido a través de un sendero hasta el propio faro, en el que podemos disfrutar de la belleza de este Paisaje Protegido.


   Poco antes de llegar al faro encontramos uno de los caminos de bajada a la playa de Peñadoira, principal punto de reunión de los bañistas de Oviñana. Una playa de cantos y arena empequeñecida por los acantilados de fuerte pendiente que se elevan sobre ella. En bajamar es posible acceder desde Peñadoira hasta la playa de la Cueva. 


   El faro de Vidio resulta imprescindible para los barcos pesqueros y embarcaciones deportivas, principalmente. El entorno del cabo Vidio, con multitud de islotes y escollos, es muy peligroso para la navegación, sobre todo con ´mala mar`, de noche, o en condiciones de baja visibilidad por niebla, bruma o lluvia. Entró en servicio el año 1950.


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