Saliendo de Luanco en dirección al Cabo Peñas, entre Bañugues y Viodo, localizamos la concha de Llumeres, una playa de grava y arena con grano grueso y oscuro, aguas de tonalidad rojiza, y con los restos de un antiguo puerto abandonado.
A lo largo y ancho de la región asturiana existen muchos lugares, espacios y rincones con un encanto especial, donde la contemplación paisajística se mezcla con aspectos históricos, culturales y etnográficos, o acontecimientos del pasado. Llumeres es un ejemplo.
La historia de Bañugues está estrechamente vinculada a la actividad minera. En Llumeres se ubicaba uno de los yacimientos con mayor extracción de mineral de hierro de Asturias. Ya en 1950 se sacaban 86.000 toneladas de oligisto, una mena de hierro de gran valor pues contiene un 70 % de metal.
Los documentos nos explican que todo empezó en 1859, con la Compañía Minera de Gozón, y posteriormente la empresa Duro Felguera le dio el impulso necesario para convertirlo en un pozo minero de gran valor industrial, construyendo las edificaciones e infraestructuras necesarias, con un poblado de viviendas para trabajadores en Bañugues.
Desde su apertura se advirtió que el mineral obtenido era de buena calidad y se extraía en cantidad suficiente por lo que en 1906 se decide construir el puerto para llevar el mineral a Gijón, y así exportarlo a otros países como Inglaterra y Alemania, aunque gran parte se transportaba para los altos hornos de La Felguera.
Posteriormente, en 1921, se levantó un cable aéreo de unos 7,5 km. con calderos, para transportar el mineral hasta El Regueral y desde allí a los cargaderos de Aboño, próximos al puerto de El Musel, y con conexión a otros destinos, aprovechado las vías de ferrocarril existentes. En ocasiones estos calderos volvían cargados de carbón, para pagar a los trabajadores de la mina.
En la historia del yacimiento minero de Llumeres consta el trabajo realizado por las mujeres como paleadoras, cargadoras y otras labores. Desde 1938 y durante los años 40, debido a la Guerra Civil, había falta de trabajadores y ellas ocuparon ese puesto.
Trabajaban en el exterior, con la categoría de peón minero, siempre en contacto con el mineral, paleando y cargando, trabajo que implicaba un fuerte esfuerzo físico y con las duras condiciones ambientales en un lugar tan cercano al mar.
Tras la clausura y cese de la actividad minera, en 1967, el pozo fue desmantelado con el cierre de los pozos verticales y las salidas de ventilación. Este enclave costero de Gozón ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC), donde se especifica que, además de los elementos existentes en la mina, habría que tener en cuenta los restos del pozo Llumeres existentes en Monte Merín, en el pozo Simancas y en Bañugues, además de las viviendas promovidas por la Compañía.
Llumeres, con la triste silueta de su deteriorado puerto, sin pueblo o villa propia, escondido y protegido contra los amenazantes temporales del noroeste, con sus aguas rojizas quizás debido a la cantidad de escombros escondidos bajo las aguas de la pequeña bahía, nos ofrece un rincón lleno de soledad, nostalgia y añoranza por aquellos tiempos pasados.
Pero la mayoría de los vecinos de Bañugues aún conservan en sus corazones esta importante etapa de un pasado todavía reciente. Dentro de poco se cumplirán los 50 años del cierre de la mina. Estarían encantados con cualquier iniciativa para evitar la desaparición de los antiguos edificios que aún se conservan, aunque en deficientes condiciones.
Muy interesante artículo, gracias por cmpartilo.
ResponderEliminarMe encanta la idea de este blog, que acabo de descubrir. Volveré. Gracias,
ResponderEliminar