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sábado, 12 de octubre de 2024

Picu Pienzu por el Hayedo de la Viescona

 

   La región asturiana posee una amplia variedad de hayedos y otros bosques con distintos árboles, pero siempre me ha llamado la atención este hayedo con el nombre de la Viescona al encontrarse en una cota tan baja, se asegura que es el hayedo que sobrevive y está asentado a más baja altitud en toda la Península Ibérica.



   En la toponimia asturiana encontramos la palabra viescu o viesca “que designa no sólo un matorral sino un bosque o lugar frondoso poblado de arbustos y otras plantas, así como semillero de castaños, robles y avellanos, o plantación de árboles”.



   Esta singular concentración boscosa se localiza en la cara norte de la Sierra del Sueve, muy cercana al mar Cantábrico. Ciertamente la humedad  inconfundible de la costa le añade una peculiaridad y un ecosistema algo diferente de los hayedos del interior de Asturias.

   Para alcanzar el punto de inicio de la ruta, desde la autovía del Cantábrico A-8 o a partir de Colunga, cogemos la carretera AS-260 en dirección al Mirador del Fitu, y a unos 6 km, en el paraje conocido como Pie de Potru, en una explanada a la izquierda frente a una casa conocida como Casa Julia, podemos aparcar el vehículo.



   La subida hacia el Hayedo de la Viescona se inicia por el amplio camino ganadero que transcurre al lado de la casa, la ruta transcurre por la garganta que forma el Arroyo de la Toya, también llamada Riega de la Toya o el Cubil. Al principio también abundan avellanos, abedules, fresnos, acebos, tejos e incluso manzanos silvestres.



   En algunos tramos la senda se estrecha y el ambiente se hace más sombrío, es preciso tener paciencia y disfrutar del bosque. Se encuentran hayas de todos los tamaños, junto a troncos y árboles caídos. También tropezamos con zonas embarradas y resbaladizas que es preciso sortear.



   A pesar de estos pequeños inconvenientes el itinerario es entretenido, ideal para los aficionados a la naturaleza, a veces con pequeñas subidas exigentes, pero muy interesante para distinguir plantas de todo tipo, incluyendo musgos, líquenes y helechos.



   En el primer trecho después de introducirnos en el hayedo pasamos al lado de los restos de la Mina de La Toya, vieja explotación de hierro. Cruzamos el arroyo en diversas ocasiones, de un lado para otro. Estamos en plena Garganta de la Toya, casi sin lecho.



   Por la parte alta del hayedo se camina mejor, con tramos empinados pero sin zonas resbaladizas. Poco a poco el bosque se abre, estamos en la parte final de la Viescona, asoman zonas de pastizal, suenan los cencerros. El sendero atraviesa una zona de acebos, con la campera de Perfeches a la derecha.


   Ascendiendo por un marcado camino atravesamos la Llanada del Bustacu hasta encontrar el Camín del Pienzu que viene del Mirador del Fitu. Enfrente ya tenemos la Majada del Bustacu, arriba al fondo asoma la cruz del Pienzu, que parece esconderse con timidez entre la Peña Corvera y el Picu La Govieta. 



   El pico Pienzu, con 1161 m de altitud, es el punto más elevado de la popular sierra litoral asturiana del Sueve, medianero entre los concejos de Parres y Colunga. Ciertamente una de las cumbres más visitadas de Asturias. Su cercanía al litoral cantábrico genera unas vistas impresionantes de la costa asturiana. La niebla es en ocasiones el gran obstáculo.


   Es preciso atravesar la amplia pradería de la Collada del Bustacu, que tiene unos 650 m de altitud para encontrar la empinada pista que se localiza al fondo y que nos llevará en dirección al Pienzu. Todavía tenemos que superar 500 m de desnivel en unos 3 km para alcanzar la cumbre. Moderación y paciencia.


   La pista hasta el Collado Beluenzu es amplia pero también empinada y exigente, cada poco es lógico mirar hacia atrás para disfrutar con las vistas y descansar un poco, allá abajo podemos observar la Majada Bustacu con sus animales y la cabaña, también el sendero del Mirador del Fito y el que sale del Hayedo de la Viescona. Es un privilegio ser observador de estos parajes.


   Desde la majada Beluenzu, que ya tiene 910 metros de altitud, no hay un sendero definido, aunque esta subida final carece de dificultades técnicas, tiene pendiente y es dura. Lógicamente depende de la preparación y condiciones de cada senderista pero ante la dificultad lo habitual es ascender en zig-zag.



   En la cima, una grandiosa cruz de hierro junto al vértice geodésico. Casi siempre hay algo de viento, en ocasiones sopla con fuerza, por lo que siempre es preciso llevar de ropa de abrigo, aunque sea ligera. Lo peor es la niebla. Si las condiciones son buenas el lugar es fantástico con vistas en todas las direcciones.



    Para regresar, el itinerario inicial es el mismo y utilizamos la misma técnica del zig-zag, ahora con más precisión y con el conocimiento del terreno adquirido en la subida. Desde Beluenzu la bajada ya es más cómoda y apta para disfrutar del paisaje. Podemos aprovechar la pista para conseguir buenas fotos de la Collada Bustacu, repleta de vacas y asturcones.



   A partir de aquí decidimos realizar el descenso hasta el Mirador del Fito, por dos motivos, para conocer este trayecto que es muy diferente del sendero por el Hayedo de la Viescona, y también para fotografiar la Erica ciliaris, un brezo muy abundante en toda la sierra junto con cotoyas o árgomas. Además la senda desde el Fito al Pienzu o simplemente hasta Bustacu, es una de las más transitadas en las montañas asturianas.



   El trayecto no tiene pérdida, antes de bordear el Cantu la Teya, miramos hacia atrás para despedirnos del Pienzu, una magnífica experiencia, y de la pradería de Bustacu. Aunque a más baja altitud todavía divisamos el litoral cantábrico con algunas aldeas costeras.



   Desde el Mirador del Fitu descendemos los 4 km a través de la carretera para llegar al coche aparcado en Pie de Potru, no es el mejor final pero no deja de ser otra opción. Curiosamente otros senderistas tuvieron la misma idea.


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