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viernes, 26 de marzo de 2021

Cascada A Seimeira – Santa Eulalia de Oscos



   En esta ocasión la propuesta se ubica en la Asturias más Occidental, tierra de montañas y valles, verdes intensos y pueblos abandonados; ideal para los que disfrutan de la naturaleza y del mundo rural. Hasta hace unos años esta zona del Occidente más profundo era la gran desconocida e ignorada. ¡Qué pena no deleitarse con esta comarca tan cargada de magia, soledad y misterio, …….. y con sus gentes!


   El itinerario se inicia en el área recrativa de Pumares, muy cerca de Santa Eulalia de Oscos o Santalla, desde la rotonda apenas un kilómetro, donde se puede dejar el coche.


   La pequeña aldea de Pumares conserva excelentes muestras de arquitectura tradicional, con la peculiar y típica piedra oscura, techos de pizarra y elementos de madera, ……. además estamos en un antiguo enclave de ´ferreiros`, aunque por desgracia ya quedan pocos artesanos del hierro.

   Acompañados y conducidos en todo momento por el río Agüeira el sinuoso sendero que nos lleva a la cascada es bastante sencillo, no tiene pérdida, con parajes y recovecos que nos atraen y nos hacen disfrutar de un entorno natural espontáneo. Apto para que los más pequeños también puedan participar.


   La ruta atraviesa una zona de bosque con mucha humedad y frescura, idóneo para los caducifolios, ……. abundan avellanos, robles, castaños y otros árboles de ribera, ….. con sus troncos y ramas repletos de musgos y líquenes, creando en algunos momentos un ambiente de misterio, atractivo, …… mágico.


   Siempre cercanos al río caminamos a través de una ancha y confortable pista, protegidos en numerosos lugares por amplios muros o murias, llenos de musgo, que se conservan magníficamente a pesar del paso de los años. 



   La abundancia de líquenes añade un extra de pureza al ambiente. Los contrastes de colores que se forman, ante la amplia diversidad de elementos naturales, son muy sugerentes.



   Después de una bajada con bastante desnivel y cruzar el reguero o regueiro de Teixeira a través de un pequeño puente de madera, el sendero se estrecha, ahora caminamos más cerca de la espesura que nos rodea, de su encanto y de su magia.



   La estrecha senda bordea el río a cierta altura, y después de una amplia revuelta, en una pequeña cuesta ascendente, tropezamos con las primeras casas de Ancadeira, la mayoría con techos caidos y paredes tumbadas, cubiertas de musgos y todo tipo de plantas.


   Dicen que la naturaleza tiende a recuperar su viejo espacio, en algún momento usurpado. Alguna casa parece querer conservar aquellos viejos momentos del pasado, pero la realidad es que son los restos de una aldea abandonada.


   El sendero asciende por medio de las casas hasta alcanzar la parte más alta y seguir en busca de la cascada A Seimeira, en esta zona conocida como la cascada de Murias o A Seimeira de Murias, pues en esta parte occidental de Asturias las cascadas son llamadas ´seimeiras`.



   Nos acercamos de nuevo al río después de un pequeños descenso, poco antes de llegar al ´Valle del Desterrado`. Un panel nos explica con mucha claridad la importante función de ´Las Corripas`, en otros lugares también se denominan ´cuerres`, ´corras`, ……



   Estamos en una zona abierta a la orilla del río Agüeira, acondicionada con varias mesas y asientos, un excelente lugar para descansar y disfrutar de este confortable y seductor rincón natural. Otro panel nos señala y explica el significado y la historia de este ´Valle del Desterrado`.



   Seducidos por la reveladora leyenda y el agradable sitio adaptado para el descanso y la contemplación, alcanzamos el puente que cruza el río con el indicador a Busqueimado, inicio del tramo final hasta llegar a la selvática cascada o seimeira de Murias, una sugestiva exhibición natural de agua.

                                


   Resulta formidable contemplar los extraños y variables contrastes que se generan en este insólito espacio rodeado de vegetación. El regreso se hace por el mismo sendero en sentido contrario. En total una caminata de al menos de 8 km., ida y vuelta. Merece la pena.


   La naturaleza está llena de sorpresas, en el trayecto de vuelta, a la salida del despoblado Ancadeira un agradable sobresalto, una culebra viperina o culebra de agua (Natrix maura) aprovechando los tenues rayos del sol, ….. como dice un sabio refrán “en febrero ya entra el sol por el reguero”.



   El retorno nos sirve para recrearnos con los múltiples elementos que rodean el sendero, monumentales castaños con formas caprichosas, la acolchada alfombra de hojarasca que mitiga nuestros pasos; numerosos líquenes que cuelgan de los árboles, donde predomina la ´Ramalina farinacea` muy frecuente en los bosques caducifolios, ………






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