Naturaleza viva

martes, 16 de julio de 2024

La Cruz de Priena desde Teleña, concejo de Cangas de Onís

 

   La mayoría de los asturianos solemos visitar, al menos una vez, el enclave de Covadonga, realmente es uno de nuestros lugares emblemáticos. La ubicación, la naturaleza, la Basílica, la “Santina”, la historia, …. Uno de los rincones más recomendados.


   Desde la Basílica podemos divisar, en lo alto de una de las montañas, la conocida Cruz de Priena, un privilegiado mirador de Covadonga y del Monte Auseva desde donde se consiguen unas vistas espectaculares de todo el entorno del Santuario.

   Existen varias posibilidades para ascender hasta lo alto de la montaña y llegar a los pies de la Cruz. 


   Desde la aldea de Teleña la subida a la Cruz de Priena es una ruta corta y fácil. La mayor parte del trayecto transita por caminos anchos y en buen estado, que sirven a las distintas majadas que hay en la zona. El itinerario es corto y parece complicado despistarse pero apenas existe señalización.



   La Cruz de Priena es una sencilla o pequeña montaña de unos 720 metros de altitud que se eleva en medio de una zona serrana que protege la parte septentrional del Santuario de Covadonga, curiosamente por el lugar más abrupto o empinado de la montaña de Priena.



   Pasamos al lado de las casas y cuadras de la antigua braña de La Cañal, y luego por el paraje del Tombonu, hasta llegar a las casas de Ondoreño o Monte Orientes. El camino está hormigonado, siempre ascendente aunque se transita sin grandes agobios. Desde aquí ya se divisa a lo lejos la Cruz en lo alto del monte Priena.



   En Ondoreño encontramos una importante bifurcación, debemos abandonar el camino principal y desviarnos por la “caleya” de la derecha, también hormigonada al principio. La pista de la izquierda nos llevaría por la vieja Ruta de Frassinelli hasta Los Lagos de Covadonga.



   Progresamos unos pocos metros hasta llegar a una extensa pradería a la izquierda, por la que se asciende rumbo sur, aquí no existe señalización. Es preciso encaminarse hasta la parte alta de la campera Collía, desde donde tenemos una amplia e interesante vista.



   Con un poco de suerte cruzamos cerca de una fuente o manantial, apta para los animales pero no aparenta que sea potable. Parece claro que hay que ascender hasta llegar al cordal siguiendo los rastros de paso de animales.



   Poco antes de llegar a la Cruz divisamos Covadonga, con tiempo suficiente para admirar la grandiosidad del paisaje y la belleza del Santuario con la impresionante Cueva, donde se ubica la Santina.



   Transitando por la parte alta del cordal, en pocos minutos alcanzamos la cima, curiosamente no podemos contemplar la Cruz hasta casi llegar al pie de ella. Un espectáculo para disfrutar, especialmente los apasionados de la fotografía.


   La atalaya cumbrera del Priena origina el mejor escaparate visual de una extensa aglomeración de montañas. El enclave histórico de Covadonga se adorna el hueco allá abajo, al fondo de la propia vertical de la cresta. También el Monte Auseva, donde se abre La Cueva de la Santina, y varias cumbres del macizo occidental de los Picos de Europa.


   La primitiva Cruz de Priena, también llamada Cruz de Pelayo, era de madera pero fue alcanzada por un rayo en medio de una tormenta quedando muy deteriorada, y en 1963 fue sustituida por la actual de metal, fabricada en Avilés.



   Sentados al lado de la Cruz, resulta un espectáculo frecuente el vuelo de los buitres dibujando grandes círculos hacia el fondo del valle, en medio de un paisaje de montaña indescriptible e impresionante.


   Para el descenso, dejamos la cumbre por la parte de atrás de la Cruz tomando el camino que desciende a Covadonga, y posteriormente, en escasos metros, girar hacia el este hacia las cabañas de Uporquera, a través de una pronunciada cuesta.



      No hay señalización. Bordeamos la sierra y al final debemos encontrar una pista que transita en dirección norte. Estamos en la Ruta Frassinelli. Pasamos la majada de La Piniella y de nuevo llegamos a Ondoreño, solamente nos queda descender hasta Teleña.



   Una ruta corta y sorprendente, con un rincón ciertamente recomendable. Es imprescindible tener suerte y que el día esté despejado y sin niebla. Estamos a las puertas de los Picos de Europa, con bruscos cambios meteorológicos. Mucho cuidado con la niebla.



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