Ruta de los Molinos del Profundu desde Valbúcar a Buslaz – Villaviciosa

 

   Todas las rutas son distintas, la región asturiana nos ofrece muchas posibilidades y nos permite realizar itinerarios por lugares llenos de rincones que nos hacen disfrutar, en esta ocasión en el Concejo de Villaviciosa.

   Se trata de una hermosa senda de unos 15-16 km, ida y vuelta. El inicio de este PR – AS137 se encuentra a la salida de Villaviciosa por la AS–255 dirección Infiesto en Amandi, en el barrio de Valbúcar, donde a la izquierda de la carretera existe un amplio panel informativo y a la derecha un rellano para aparcar.

   Tendremos la oportunidad de caminar por un paisaje natural a través de una espesa y frondosa vegetación de ribera con helechos, árboles caídos, musgos y una amplia diversidad de plantas. El sendero está bien señalizado y no hay posibilidad de pérdida.

   Al lado del panel informativo parte el sendero de inicio, ligeramente ascendente y de tierra, bordeando la Quinta La Vega. El propio cartel nos hace imaginar los 18 molinos de agua que podremos visualizar durante la ruta, aunque debemos añadir que la mayoría de ellos presentan un evidente estado de ruina cubiertos por la vegetación circundante.

   La senda transita, casi de forma continua, muy cercana al río Profundu rodeada de árboles y abundante vegetación. Encontramos el primer cartel sobre los molinos, el de Criselda, y sorprende no poder localizarlo, supuestamente tapado por el ramaje de árboles y arbustos.

   La idea de integrar en el paisaje figuras sobre personajes mitológicos, a lo largo del sendero, siempre ha resultado interesante pues ayuda a conocer las tradiciones fantásticas, leyendas populares y duendes de nuestro folclore asturiano. En la ruta quedan algunas figuras que alegran el camino, otras están bastante deterioradas. Una pena.

   Dejamos el camino de tierra para salir a un trecho de carretera a la altura de Villaverde, caminando cerca de casas, casonas, hórreos, paneras y fincas. Al llegar a los invernaderos de El Cierrón nos desviamos por la pista de tierra a la derecha que nos acercará de nuevo al río Profundu, nombrado en algunos mapas como río de la Ría.

   El sendero se hace más estrecho, con subidas y bajadas, pasos protegidos con barandillas de madera, ….. el ambiente de naturaleza nos envuelve. Se mantienen las señales. Llegamos al Molín El Pitu donde podemos optar por cruzar el río a través de un puente de madera para observar las ruinas del viejo molino.

   Un poco más arriba el Molín de Perea, también con su puente de madera para atravesar a la otra orilla. La frondosidad es impresionante. Rincones insólitos, con ramas y troncos caídos, piedras llenas de musgos, árboles con diferentes formas que parecen pedir contemplación, … Fascinante.

   Luego el Molín de Perniles y el Molín d´Arriba. En ocasiones el valle se abre, el camino se ensancha, cruzamos a la otra orilla para luego volver a la habitual.   Llama la atención el rincón del Molín La Ullina, que se eleva verticalmente sobre el propio lecho del río, siguiendo la senda unos peldaños nos conducen al canal que avituallaba al molino, ahora convertido en lugar de paso.

   Unos metros más arriba el Molín La Peña, ubicado en un paraje con un encanto especial, en un entorno natural fascinante junto a una vistosa cascada. Sin apartarnos del ambiente mitológico que se respira en toda la ruta, hacer una sinonimia de un dicho popular alusivo a este lugar tan seductor, “si es verdad que existieron las xanas, una de ellas era la molinera de este rincón tan seductor”.

   La senda continúa a través de un ascendente y sinuoso camino que nos permite contemplar el hermoso escenario de La Peña desde un mirador más elevado entre los árboles. No muy lejos el Molín de Esprón, y más adelante los restos del Molín de Rosicu, totalmente atrapado por la espesura del bosque.

   Al llegar al Molín d´Arriba, el último de la ruta, antes de iniciar la subida hasta la aldea de Buslaz nos damos cuenta de la intensa actividad molinera existente hace años a lo largo del cauce del río Profundu, con una gran cantidad de molinos en un recorrido tan corto. El regreso se recomienda por el mismo camino de la ida.

   El contraste entre la vegetación, el río y los diversos elementos etnográficos anima a los senderistas a disfrutar de esta interesante ruta por el concejo de Villaviciosa. La naturaleza tiene a expandirse y ocupar todos los espacios posibles, es preciso cuidar estos viejos senderos y buscar un equilibrio, lo contrario nos conduciría al abandono. Sería una pena.