Las foces son profundos cortes originados por la acción erosiva de un río, por suerte en la región asturiana son muy abundantes y algunas son especialmente curiosas y llamativas, y en todos los casos el protagonista principal es el agua.
En las Foces del Río Pino la garganta apenas llega a los 500 metros, un corto recorrido de un especial encanto. Existe la ruta señalada como PR AS-31, ´Ruta allerana de las Foces del Pino y Río Aller`. En esta ocasión nos conformamos con la primera parte del recorrido y atravesar el atractivo desfiladero del río Pino.
Desde Oviedo podemos acceder a través de la A-66 dirección Pola de Lena, tomamos la salida 54 hacia AS-112 Moreda y más tarde AS-253 hasta llegar a El Pino, donde al atravesar esta población existe una señal para desviarse a las Foces del Pino.
Después de cruzar el puente sobre el río San Isidro caminamos a través de una holgada pista que en poco tiempo nos sitúa a la orilla del río Valmartín o río Pino, afluente del anterior, sin olvidarnos de la Fuente La Salud, con aguas que contienen hierro o compuestos de este mineral, de color marrón rojizo.
Enseguida llegamos al Molín de Peón, un antiguo molino restaurado, convertido en vivero de truchas, y que incluso alojó una minicentral eléctrica. Un poco antes tenemos un pequeño área de descanso, con mesas, muy agradable, al lado del río.
Debemos cruzar el río por el puente de piedra cercano al Molín e iniciar el empinado itinerario que a través de un ancho camino nos conducirá sin pérdida hasta la entrada del desfiladero de las Foces, utilizada por los ganaderos de la zona, al llegar la primavera y el buen tiempo, para subir sus rebaños hasta las majadas y praderías en Valle Pedrosu, Las Campas, Las Cuevas, mayada Fondil, mayaos de Caniella, ……….
La pendiente no es muy exigente y la senda transita por una ladera con abundantes árboles, la mayoría castaños y otros caducifolios, sin olvidar la presencia de piornos o escobones – cytisus scoparius, típicos arbustos que durante la primavera-verano alegran la vista con sus llamativas flores amarillas.
Poco a poco cogemos altura lo que nos permite caminar con atractivas y sugerentes vistas del valle. El Valmartín o Pino es un río de corto recorrido, como otros muchos en Asturias, algo más de 6 km. desde su lugar de formación en la Serranía de Fuentes de Invierno hasta su incorporación al río San Isidro.
Disfrutando de las lindezas del valle alcanzamos la fuente-bebedero de Las Gavilanceras, hacia la mitad de la ascensión, antes de llegar a las Foces. Al lado de la senda surgen pequeñas y particulares cuadras y casas con techos de pizarra, y muchas vallas y cierres de madera. Al fondo la Sierra de las Fuentes de Invierno. Un paisaje de montaña que fascina.
Los pequeños carteles indicadores, el simbólico puente de madera, el inconfundible suelo empedrado y la cercanía de las paredes nos señalan el inicio de esta joya paisajística, considerada como Monumento Natural.
Los sugerentes saltos de agua, pequeñas cascadas, vistosos remolinos, ……. nos hacen detenernos para contemplar este lugar tan especial con estampas llenas de fascinación, con el agua como protagonista especial y singular.
Nuestra suculenta historia nos cuenta que por esta estrecha y apretada garganta circularon muchos arrieros, peregrinos y pastores a través y desde el Puerto de Vegarada para luego descender hasta el valle del río Aller.
A la salida del angosto sendero de las Foces del Pino el paisaje se abre, encontramos dos pequeños carteles señalando Caniella y Peña Reonda, estamos en el paraje conocido como Pasaoriu, con abundantes zonas de pradería que se extienden a lo largo del Valle Pedrosu.
En esta atractiva y agradable zona donde hay abundantes cuadras y cabañas bien conservadas decidimos retornar y descender utilizando el mismo camino para regresar a la aldea de Pino. Desde aquí la ruta continúa hacia la majada de Caniella o Caniecha, Puerto Vegarada, Carbayalín, Talabarda y las Foces del Ríu Aller.
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