Naturaleza viva

domingo, 30 de septiembre de 2018

Ruta de las Foces del Raigosu - Laviana



   Esta ruta nos ofrece la posibilidad de realizar un magnífico paseo, de unos 14 km – ida y vuelta, a través de una senda bien marcada recorriendo y disfrutando de una zona donde el paisaje, la vegetación y los contrastes orográficos hacen de ella un privilegiado entorno lleno de naturaleza.



   Si nos dirigimos en dirección Langreo a través del Corredor del Nalón AS-117, a unos 3,5 km después de Pola de Laviana encontraremos en una rotonda una salida dirección Ribota y Acebal. Después de 2,4 km por una estrecha carretera estaremos en el lugar de Mestres, poco antes de Fombermeja, donde encontraremos el panel informativo de la ruta.



   El camino marcado sigue el itinerario por una amplia pista, en buen estado, excelente para caminar o para la bici, siempre en sentido ascendente, paralelo y cercano al río Raigosu. No hay posibilidad de perderse al atravesar este agradable paraje natural del Paisaje Protegido de las Cuencas.



   En el primer trecho, al lado de las pequeñas zonas de pradería, se aprecia una frondosa vegetación que envuelve el sendero con abundantes avellanos, castaños, algún fresno y otros caducifolios, con la placentera compañía del Raigosu y su inconfundible sonido.



   Después de un pequeño descenso localizamos, a nuestra derecha, el camino que remonta hasta la pequeña aldea de Los Tornos. Algunos optan por dejar su vehículo en este pueblo para hacer la ruta de estas Foces. A partir de este lugar el desfiladero se estrecha, se hace más angosto y las prominentes paredes calizas están más próximas. No hay que preocuparse, el río te acompaña.



   Aquí se inicia realmente el paso de las Foces. Lógicamente la vegetación va cambiando con la aparición de hayas, abedules y acebos junto con especies de brezo, cotoyas y matorral bajo. El paisaje se hace más escarpado con algunos llamativos espolones calizos.



   En un pronunciado recodo se aprecia el encuentro del río Raigosu con el Arroyo del Gatu, en la zona del Bayu. A partir de aquí la pendiente del camino se hace más pronunciada y la trazada más zigzagueante, atravesando el tramo más exigente, en el sitio conocido como La Foz de Cebellales. Estamos, sin duda, en uno de los trechos más llamativos del desfiladero, por los contrastes y figuras de los roquedos calizos.



   En un nuevo giro a la izquierda la pista abandona la compañía del río, atraviesa las casas de Raigosu, abundan brezos y acebos, ganado pastando por las pequeñas camperas, y al conseguir altura podemos disfrutar de unas espectaculares vistas, al fondo Peña Mea y Peñas Negras.




   Ya solamente nos queda un último esfuerzo para culminar el recorrido propuesto, y llegar a las cabañas de Los Collaos, con su hermosa campera, la fuente, el abrevadero para el ganado y un singular mirador con una interesante fotografía señalando el nombre de las sierras, picos, peñas y lugares de la zona.




   Después del continuo ascenso con excelentes vistas del recorrido que ya habíamos realizado se llega a esta Campa los Collaos, desde donde conseguimos unas extensas y estupendas perspectivas de todo el valle del Raigosu, Peña Mea, Peñas Negras, el valle del río Cañaines, y el cordal que separa los concejos de Laviana y Sobrescobio con tres picos calizos bien diferenciados, uno tras otro, alineados, que culminan este magnífico paisaje, el Corbellosu, el Cogollu y el Guanalón.



   Desde aquí existen varias propuestas para completar esta ruta, en función del conocimiento que se tenga de la zona, por ejemplo siguiendo hasta la Sierra del Crespón o La Forcada, o alcanzando el Collado Corbellosu, llegando a la Collada La Pandiella o al Picu La Colladina…….. pero en esta ocasión regresamos utilizando el mismo itinerario.



   Tomando como referencia los datos que aparecen en los paneles y descripciones informativas sobre la ruta, la senda tiene una longitud total de 6868 metros, desde Mestres hasta Los Collaos, con un desnivel aproximado de 712 metros y con una pendiente media del 10,4 %.



   Un trazado sencillo y agradable en una zona con antecedentes mineros, todavía quedan restos de antiguas minas de montaña, y un cauce con piedras rojizas por la presencia de mineral de hierro en la zona. Hay ingredientes suficientes que justifican su visita.





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