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lunes, 22 de mayo de 2017

Desfiladero de las Xanas y Senda de Valdolayés


 
   Quizás sea por su ubicación en el centro de Asturias, el fácil acceso desde el área recreativa que lleva el mismo nombre, las Xanas, y/o por los imponentes y trepidantes escenarios que el propio desfiladero nos ofrece a través de una garganta de unos 2 km, lo que sí es evidente es que se ha convertido en una de las rutas más conocidas y concurridas de la región asturiana.



   La parte más impresionante del desfiladero de las Xanas atraviesa de forma prodigiosa una zona rocosa a través de un sendero tallado a mediados del siglo XX, a principio de los años 30, con el propósito de abrir una vía de comunicación entre los pueblos de Pedroveya, Dosango y La Rebollada con el valle del río Trubia.



   A pesar del intenso trabajo realizado esta aspiración no llegó a concluirse, lo que hoy podemos ver es el atractivo resultado de aquella idea, una estrecha senda que une los citados pueblos con Villanueva, capital del concejo de Santo Adriano.


   Desde Oviedo podemos acceder a través de la A-63 dirección Grado, tomando la salida de Trubia. Después de unos 10 km por la AS-228, atravesando el pueblo de Tuñón y poco antes de llegar a Villanueva, en la margen izquierda de la carretera localizamos los indicadores de Tenebredo, La Arquera y Desfiladero de las Xanas, donde está el parking.



   En la zona recreativa y de estacionamiento del Molín de las Xanas tenemos unos interesantes paneles informativos de la ruta, que lógicamente me han servido de referencia. Desde aquí iniciamos el recorrido a través de la carretera que asciende a Tenebredo en exigente pendiente.



   A escasos metros del Molín localizamos, a la derecha, el indicador labrado en piedra de acceso a la Ruta de las Xanas. Un cómodo y agradable camino, que cruza un pequeño pedregal, nos acerca al primer túnel o puerta de entrada del Desfiladero.



   Desde aquí puede contemplarse una pintoresca vista del valle del río Trubia, que atraviesa el concejo de Santo Adriano, y las casas de Villanueva.



    Los primeros tramos son especialmente relevantes, caminamos a media ladera del desfiladero, con desplomes verticales que superan los 100 metros. El camino, tallado en la dura roca caliza, a veces se estrecha y serpentea siguiendo los giros de las montañas.



   Abajo el río Viescas, conocido también como Arroyo de las Xanas, causante de este agreste e inaccesible relieve, con altas paredes verticales y laderas de fuertes pendientes. El río sigue labrando en las rocas su propio cauce originando el ruido característico. En sus cortados rocosos crecen encinas, tejos y madroños.



   Aunque el suelo es llano y existe holgura suficiente, la altura obliga a tener cuidado en algunos puntos. El sendero encañonado, en algunos trechos, y los contrastes entre los diferentes tipos de plantas con la blanca roca caliza convierten este pequeño paseo en una agradable experiencia con un encanto natural de gran belleza.



   Al llegar al segundo túnel nos damos cuenta que el desfiladero de paredes verticales ha terminado, adentrándonos en una zona boscosa donde predominan los árboles caducifolios, especialmente avellanos, fresnos, espineras, tilos y arces, con algunos robles y castaños.



   Después de cruzar un puente de madera que atraviesa el arroyo, y dejar atrás los restos de un viejo molino, en un cruce de caminos giramos a la derecha para ascender por unos escalones de madera hasta llegar a una pista que nos conduce a la iglesia de San Antonio de Padua en Pedroveya, unida a un monumental tejo o texu.



   Las Xanas, en la mitología asturiana, son duendes de la Naturaleza que tienen forma de mujer de gran belleza con largos cabellos rubios y pequeña estatura, ………. Hadas de las aguas, viven en las fuentes, en las orillas de los ríos y cuevas próximas, y ven el amanecer y el anochecer, ………… Protegen los amores y castigan a los amantes infieles, ………. Cuidan del ganado y son un mito de la bondad de la naturaleza.



   La leyenda también nos cuenta que se apoderan de los hijos de los campesinos, dejando en su lugar a los suyos, los ´xaninos`, para que los cuiden y alimenten. Tejen madejas de oro y poseen enormes tesoros que regalan a pastores y personas que las ayuden o libren de su hechizo.


   En esta ocasión los propios lugareños han unido la leyenda de un personaje mitológico conocido con un atractivo y espectacular rincón de la zona central de Asturias, donde se juntan los concejos de Santo Adriano, Proaza y Quirós, a través de los cuales fluye el arroyo de las Xanas o Viescas.



   Situada en un amplio valle, representativo de la montaña asturiana con un paisaje rural característico, la aldea de Pedroveya, ubicada en el concejo de Quirós, presenta un excelente aspecto, con sus típicos huertinos, conservados hórreos, cuidadas viviendas y Casa Generosa, un bar restaurante que goza de buena fama entre montañeros y senderistas.



   En la citada iglesia de San Antonio finaliza el recorrido de las Xanas, y la mayor parte de los senderistas, después de la merecida visita a la acogedora aldea, inician el regreso por el mismo camino a través del Desfiladero. Otros, sin embargo, completan el recorrido por Dosango haciendo una ruta circular.


   Atravesamos el pequeño y atractivo pueblo de Pedroveya hasta encontrar el panel que nos indica la Senda de Valdolayés PR AS-187, para ascender hasta Dosango a través de un sendero ascendente bien marcado después de cruzar el riachuelo de la Llaguna.



   La senda nos permite cruzar y contemplar las casas de esta pequeña aldea muy cercana a Pedroveya aunque curiosamente perteneciente a la parroquia de Tuñón de Santo Adriano. Desde Dosango tenemos extraordinarias panorámicas del valle con La Rebollada y la Sierra del Aramo al fondo.



   En la parte alta, alcanzamos la carretera, a la derecha dirección El Artoxu, Pedroveya, La Rebollada y Peñerudes, pero nosotros giramos a la izquierda dirección Tenebredo y Villanueva. Caminamos unos 400 metros en descenso a través del asfalto hasta encontrar una desviación señalizada a la izquierda.



   A pesar de la pendiente del descenso resulta un trayecto agradable donde la campera y el camino permanecen juntos. Un poco más abajo encontramos una portilla y el camino ahora más marcado nos conduce, siempre en descenso, hasta la carretera que a la izquierda nos llevará de vuelta hasta el Molín de las Xanas, punto de inicio.



   Este sencillo itinerario circular tiene una trazada de unos 10 km y resulta, sin lugar a dudas, una sugerente idea para senderistas y aficionados a la Naturaleza. Esta mezcla de mitología, las Xanas, con un entorno natural tan impactante ha originado un Monumento Natural con mucho encanto.   






    

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