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martes, 17 de junio de 2014

Polinizadores en Asturias



   La polinización es uno de los mutualismos más fascinantes de la Naturaleza y es lo que hace posible la fecundación de las plantas con flores, asegurando su reproducción sexual y la dispersión de sus genes.
   En realidad la polinización consiste en el transporte de los granos de polen desde las anteras de los estambres (parte masculina de la flor) hasta el estigma del pistilo o gineceo (parte femenina de la flor).



   En este proceso tan importante para la supervivencia de las plantas el polen se transmite principalmente a través del viento (coníferas, cereales, ……) y de los insectos (abejas, abejorros, moscas, mariposas, avispas, escarabajos, …….) en la mayoría de las plantas con flor, pero también a través del agua y de animales vertebrados como murciélagos, pájaros y ratones.



   Todos los polinizadores visitan las flores para conseguir algo para si mismos, que puede ser néctar, polen o ambos. Cuando están posados, revolviendo en la flor, el polen se pega a su cuerpo y más tarde puede caer sobre el estigma de otra flor o de la misma.


   Sin lugar a dudas, de todos los insectos polinizadores los abejorros son los más constantes y eficaces. Trabajan muy rápido, visitan casi el doble de flores por minuto que las abejas, y no son selectivos con las flores, suele visitar todas las flores que encuentra en su recorrido. Debido a su tamaño consiguen un mayor contacto con los estambres y los pistilos que los insectos más pequeños.



   Los abejorros permanecen activos durante todo el año, incluso a temperaturas relativamente bajas y con poca luz. La lluvia y el fuerte viento no suponen un impedimento para seguir con su constante trabajo. Muchos dicen que todo sería muy diferente sin los activos abejorros.
   Otro factor positivo que tienen estos trabajadores insectos es que no se limitan a una zona específica, cambian de lugar con facilidad y frecuencia, lo que beneficia la polinización cruzada, muy importante en los cultivos frutales. En este sentido la abeja tiene menos movilidad.



   Resulta curioso pero la estructura del cuerpo de estos incansables abejorros, al igual que otros insectos similares, es especial ya que les permite almacenar el polen recogido. En las patas traseras disponen de unas cestas, donde van acumulando granos de polen que obtienen de su incesante trabajo, a veces en tal cantidad que dificulta su vuelo. Pero este polen almacenado no entra en contacto con el estigma, en la polinización solamente actúa el que está pegado a sus cuerpos.


   Se conoce la existencia de varias especies con colores y tamaños muy diversos, por lo que muchas veces resulta complicado identificar con precisión alguno de ellos. Uno de los más populares, y de buen tamaño, quizás sea el “bombus terrestris”, un abejorro negro y amarillo con la parte final del abdomen blanca.

    Pero no debemos centrarnos exclusivamente en nuestros laboriosos e incansables abejorros, en plena primavera es fácil encontrar todo tipo de insectos, y cada uno de ellos en función de su tamaño y características ayuda en la tarea diaria de la polinización de las plantas.



   Las mariposas, por ejemplo, no son tan activas y persistentes aunque participan transportando el polen de unas plantas a otras. Pero desempeñan un papel muy importante ya que son excelentes bioindicadoras del estado de salud de los ecosistemas naturales, más que ningún otro animal.


   Dos de los cuatro estados de desarrollo por los que atraviesa una mariposa dependen exclusivamente de las plantas: las orugas son netamente herbívoras y los adultos se alimentan de néctar y polen, por lo que reflejan con bastante precisión las condiciones de conservación o de alteración de los ecosistemas.



   También hay moscas que son polinizadoras, en especial las moscas de las flores. No están tan adaptadas como las abejas y abejorros, no son tan vellosas, pero suelen visitar flores de corola abierta por el néctar y el polen, contribuyendo en la polinización.




   Hay quien afirma que los escarabajos pudieron haber sido los primeros polinizadores cuando empezó a desarrollarse este proceso. En el momento presente, los escarabajos están menos adaptados a la polinización que otros insectos, además sus piezas bucales son masticadoras y algunos causan daño a las flores cuando las visitan. Algunas plantas son polinizadas por escarabajos.


   El contacto frecuente con tu entorno natural te suele ofrecer una amplia variedad de situaciones, unas veces inesperadas y otras desconocidas que, en ocasiones, te hacen ver y contrastar estudios que se vienen haciendo desde hace años. El descenso de la población de abejorros, abejas y otros polinizadores es una evidencia que no ofrece dudas.
   Los datos, científicamente comprobados, son muy elocuentes, alrededor del 90 % de las especies de plantas con flores dependen de los insectos para su polinización. En este sentido hace poco tiempo Greenpeace ha presentado un informe sobre “el valor económico de la polinización y la vulnerabilidad de la agricultura española ante el declive de las abejas y otros polinizadores”.



   Asturias puede ser la región más amenazada por esta desaparición de los polinizadores  debido al gran peso económico que tiene el sector de la fruta en la agricultura asturiana, en particular el cultivo de manzanas, ingrediente de la sidra. Su producción podría verse reducida hasta un 90 % por la pérdida de insectos polinizadores.
   En este interesante informe se explica que el 70 % de los principales cultivos de nuestra agricultura para consumo humano depende del trabajo polinizador de los insectos. El cultivo de kiwis, del cual Asturias es el 2º productor estatal, podría llegar a desaparecer ya que depende totalmente de la polinización por insectos.



   Pese a su importancia, tanto para la seguridad alimentaria como para la biodiversidad, las poblaciones de los insectos polinizadores han descendido de una forma alarmante. El sector apícola español denuncia mortandades de abejas entre el 20 y el 40%, incluso superiores en algunas regiones.
   Las propias personas que viven en la zona rural se han dado cuenta que el aumento en el uso de los insecticidas autorizados ponen en peligro a los insectos polinizadores, y que la utilización intensiva de plaguicidas en la agricultura convencional provoca mortandades masivas de abejas y otros polinizadores.



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